Escrito por nuestro abogado asociado Ruben Rivas, encargado del departamento Litigio y Arbitraje

¿En qué han cambiado los procesos judiciales en los últimos años?

La noción general que podíamos tener de un documento a finales de los años 90 y principios de los 2000 todavía respondía a la idea de una nota firmada. No obstante, el acceso a las TIC ha provocado que las comunicaciones y varios aspectos de la vida cotidiana se vayan digitalizando cada vez más. Un ejemplo de ello es que la correspondencia física se ha vuelto algo poco común, para dar paso a canales más fluidos, como el email u otros servicios de mensajería. En otras palabras, personas realizan transacciones e interactúan sin dejar un rastro material de sus comunicaciones necesariamente. En ese contexto, los conflictos surgen de la misma manera.

¿Cómo generar pruebas en este nuevo escenario?

Probar un derecho en un juicio salvadoreño antes del 2010 implicaba un proceso cuyo formalismo limitaba la obtención práctica de información. En muchas ocasiones, la obtención de la verdad incluso podía estar sesgada, pues la credibilidad de cada prueba ya estaba preestablecida en la ley. Desde la vigencia del Código Procesal Civil y Mercantil de El Salvador, los jueces están habilitados para admitir una mayor variedad de pruebas, lo cual ha venido a satisfacer la necesidad de enjuiciar hechos que se documentan cada vez menos con documentos físicos. Esta nueva realidad, por supuesto, representa nuevos retos y oportunidades para los litigantes.

Algunos aspectos del proceso judicial requieren de cada vez más dinamismo, a medida se gestionan conflictos derivados de interacciones digitales. En este contexto, hay tres rubros que se han vuelto cada vez más relevantes para probar hechos en juicio y, cuyas reglas conviene tener claras para sacar el máximo provecho del material probatorio en un juicio:

  • Medios de grabación – Es importante asegurarse que no se haya realizado ninguna edición y que no se haya obtenido con infracción a ciertos derechos como la intimidad o la propia imagen. Por otra parte, este tipo de prueba debe ingresarse al proceso por medio de una declaración testimonial que complemente el relato de los hechos contenidos en la grabación. Omitir cualquiera de estos aspectos inutilizaría este medio probatorio que resultaría decisivo al momento de que el Juez decida el caso.
  • Impresión de comunicaciones – La práctica judicial ha entendido que las impresiones de los mensajes y correos electrónicos son admisibles en juicio bajo las reglas de la prueba documental. En ese sentido, solo son desacreditados si la parte interesada logra demostrar su falsedad. Sobre este punto, es necesario tener consciencia de que nuestras comunicaciones escritas dejan un rastro probatorio que puede ser aprovechado o utilizado en nuestra contra.
  • Informes periciales – Se vuelven cada vez más importantes, a medida que las transacciones y los negocios se vuelven más sofisticadas. Al mismo tiempo, los conflictos jurídicos reflejan la realidad de los negocios: escenarios que solo se logran comprender a partir de un enfoque multidisciplinario. En este caso, puede ser peritaje de parte (se debe agregar con la demanda y contestación) o judicial (puede ofrecerse hasta la audiencia preparatoria). Uno de los aspectos más relevantes a tomar en cuenta es que sus resultados solo logran desacreditarse con otro peritaje de mayor peso científico. De esa manera, los juicios se han convertido en una búsqueda de una verdad cuya apreciación requiere de conocimientos cada vez más técnicos.

¿Qué resulta decisivo en el contexto probatorio actual?

Las reglas del proceso han sido aplicadas por los Juzgados a la nueva realidad digital con un pragmatismo bastante acertado. Por lo tanto, las partes tienen bastante libertad para diseñar sus estrategias probatorias. Desde luego, la observancia a los requisitos de admisibilidad resulta vital, dado que el respaldo probatorio de los hechos se encuentra cada vez menos en un documento tradicional. Finalmente, la efectiva preparación de los testigos, así como las destrezas de interrogatorios se han vuelto cada vez más críticas, pues son las herramientas que permiten al Juez digerir información que, de otra manera, solo lo sobrecargaría de información. Todo lo anterior lleva a pensar que actualmente es tan necesario dedicar tiempo y esfuerzo a una buena argumentación jurídica, sino también a cerciorarse de que el Juez comprende los hechos (cada vez más técnicos) del caso.