Por: Feridee Alabí, Gerente de Litigios en Romero Pineda
Apoyar la salud mental y promover el bienestar de los empleados son cuestiones cada vez más prominentes en la agenda de las empresas. Gozar de un bienestar y una salud mental adecuados puede ser un instrumento básico para mejorar la implicación de los empleados y el rendimiento de las empresas.
El empleo brinda objetivos en la vida, recursos financieros e identidad, elementos que tienen una innegable influencia positiva en la salud mental. Una fuerza de trabajo con buena salud mental está dispuesta a esforzarse en su trabajo, lograr una mayor productividad y seguridad y además mostrar compromiso y lealtad.
Sin embargo, la cuestión de salud mental plantea numerosos desafíos para los empleadores, por ejemplo: falta de apoyo, escasez de información, ausencia de una cultura de la prevención, la complejidad del fenómeno y, en especial, la dificultad de dirimir problemas si éstos tienen su origen fuera del lugar de trabajo; y en los casos de las pequeñas y medianas empresas el desafío de no contar con los recursos necesarios.
La salud mental está relacionada con el bienestar emocional, psicológico y social de un individuo y afecta la manera en la que una persona piensa, siente y actúa. También influye en su manera de gestionar del estrés, de relacionarse con los demás y de tomar decisiones. La aparición de problemas de salud mental deriva de una compleja combinación de factores biológicos (tales como las características genéticas o los trastornos neuronales), psicológicos (tales como los mecanismos de gestión de las emociones) y sociales o ambientales (tales como la pobreza, la vida urbana o el nivel educativo). El trabajo se encuentra a medio camino de todos estos factores interrelacionados. Si bien el trabajo puede tener un efecto directo, tanto positivo como negativo, sobre la salud mental y el bienestar, la salud mental en el trabajo también depende de la salud mental de la persona fuera del trabajo.
Los entornos de trabajo seguros y sanos no solo son un derecho fundamental, sino que también tienen más probabilidades de minimizar la tensión y los conflictos en ese ámbito y mejorar la fidelización del personal, así como el rendimiento y la productividad laboral. Por el contrario, la falta de estructuras efectivas y apoyo en el trabajo, especialmente para quienes viven con trastornos mentales, puede afectar la capacidad de las personas para ser eficaces y disfrutar con su trabajo, menoscabar la asistencia de las personas al trabajo e impedir, incluso que obtengan un trabajo.
Riesgos para la salud mental en el trabajo
Se ha identificado que los riesgos para la salud mental en el trabajo, también denominados riesgos psicosociales, pueden estar relacionados con el contenido o el horario del trabajo, las características específicas del lugar de trabajo o las oportunidades de desarrollo profesional, entre otras cosas.
Algunos riesgos identificados son los siguientes:
- Insuficiencia de capacidades o su empleo insuficiente en el trabajo;
- Cargas o ritmo de trabajo excesivos, falta de personal;
- Horarios excesivamente prolongados, antisociales o inflexibles;
- Falta de control sobre el diseño o la carga del trabajo;
- Condiciones físicas de trabajo inseguras o deficientes;
- Cultura institucional que permite los comportamientos negativos;
- Apoyo limitado por parte de colegas o supervisión autoritaria;
- Violencia, acoso u hostigamiento;
- Discriminación y exclusión;
- Funciones laborales poco definidas;
- Promoción insuficiente o excesiva;
- Inseguridad laboral, remuneración inadecuada o escasa inversión en el desarrollo profesional; y
- Demandas conflictivas para la conciliación de la vida familiar y laboral.
Aunque los riesgos psicosociales pueden encontrarse en todos los sectores, algunos trabajadores tienen más probabilidades de estar expuestos a esos riesgos que otros, por la labor que realizan o los entornos en que se desempeñan y la manera de hacerlo. Los trabajadores de la salud, humanitarios o en situaciones de emergencia a menudo tienen que realizar tareas que conllevan riesgos elevados de exposición a eventos adversos, lo que puede afectar negativamente a su salud mental.
Protección y promoción de la salud mental en el trabajo
Para proteger y promover la salud mental en el trabajo hay que fortalecer las competencias encaminadas a que se reconozcan los problemas de salud mental en el trabajo y a que se tomen medidas al respecto, en particular de las personas responsables de supervisar a otras, como los administradores.
Con el fin de proteger la salud mental, la OMS recomienda lo siguiente:
- Capacitar a los administradores en la esfera de la salud mental para ayudarles a que reconozcan y respondan a las dificultades de las personas con angustia emocional a quienes supervisan; desarrollen competencias interpersonales como la comunicación abierta y la escucha activa; y comprendan mejor de qué manera los factores estresantes en el trabajo pueden afectar a la salud mental, y cómo pueden gestionarlos;
- Capacitar a los trabajadores en las cuestiones y la sensibilización respecto de la salud mental, para mejorar el conocimiento en ese ámbito y reducir la estigmatización respecto de los trastornos mentales en el trabajo; e
- Intervenciones dirigidas a las personas para que desarrollen aptitudes que les permitan gestionar el estrés y reducir los síntomas relacionados con la salud mental, incluidas intervenciones psicosociales y oportunidades de actividad física recreativa
Tomando en cuenta el impacto de la vida laboral en la salud mental individual, es importante que los empleadores tomen acciones prácticas a nivel organizacional para propiciar la buena salud mental de sus trabajadores. Algunas de estas prácticas son:
- Equilibrar la carga de trabajo.
- Procurar la moderación entre el trabajo y la vida familiar.
- Práctica diaria de acciones de autocuidado.
- Cuidado de la salud física.
- Promoción de un estilo de vida saludable a nivel físico, alimentario, cognitivo, social y espiritual.
- Distribución adecuada de la carga de trabajo.
- Diversificación de tareas
- Garantizar el tiempo de descanso, respetando los horarios de trabajo y de descanso.