Vida & Éxito

AES El Salvador, liderada por su presidente ejecutivo Abraham Bichara, impulsa desde hace más de veinte años la transformación energética del país con soluciones sostenibles y programas sociales que ya benefician a miles de familias.

Innovación para comunidades aisladas

• La planta AES Meanguera del Golfo combina generación solar y baterías de última tecnología para llevar energía continua y libre de carbono a las islas del Golfo de Fonseca, superando barreras geográficas.

Programas de impacto sostenible

• AES Educación, AES Energía Rural, AES Mujer y AES Medio Ambiente fomentan eficiencia energética, inclusión económica, igualdad de género y protección ambiental.
  • AES Mujer ha formado a +800 mujeres electricistas.
  • AES Energía Rural ha llevado electricidad a +85 000 familias en zonas rurales.

Cultura corporativa y propósito

• La empresa ha integrado la sostenibilidad al corazón del negocio mediante valores sólidos, co‑creación interna, escucha activa de sus grupos de interés e innovación tecnológica.
• Propósito: “Acelerar el futuro de la energía mientras mejora vidas y contribuye al progreso social, económico y ambiental de El Salvador.”

Liderazgo de Abraham Bichara

• Con cuatro décadas en el sector y 15 años al frente de AES, Bichara ha guiado la transición de la compañía hacia un Grupo Energético Diversificado centrado en energías renovables, movilidad eléctrica e iniciativas sociales.
• Reconocido entre los líderes con mejor reputación de El Salvador por MERCO, su estilo se distingue por ética, apertura y enfoque colaborativo.

Resultados y reconocimientos

• AES El Salvador figura entre las empresas de mejor reputación corporativa y mayor responsabilidad ESG del país (MERCO Empresas y MERCO Responsabilidad).
• Con más de 1 000 colaboradores y tres divisiones (Distribución, Generación y Soluciones), la subsidiaria salvadoreña refuerza la posición global de la corporación AES (Fortune 500) como un actor clave en la transición energética.

En síntesis, AES El Salvador demuestra que la energía, gestionada con innovación y compromiso social, puede convertirse en un motor de desarrollo inclusivo y sostenible para todo el país.